Los
Friedman: familia acusada (el padre y un hijo) de pedofilia en serie en un
suburbio norteamericano contemporáneo. Capturing The Friedmans: sin
dudas uno de los mejores documentales intimistas que me llegaron hasta
ahora.
Lejos del uso mayormente desapasionado de las imágenes de archivo (muchas y
muy personales) que hacía Jonathan Caouette en Tarnation –que a todos
pareció encantarles en el Festival de Mar del Plata–, he aquí una película
que combina la crudeza de las imágenes familiares con un seguimiento del
caso guiado por los relatos de sus protagonistas. El registro in situ
de las peleas y la desintegración familiar tras las acusaciones impacta e
incluye al voyeur de cine –en este caso, a mi–, a la vez que las
contradictorias perspectivas del asunto suspenden la credibilidad del
sistema.
Este
documental es una red de versiones cruzadas que expone la complejidad de una
acusación que, como en tantas otras ocasiones, es socialmente aceptada con
ligereza. Andrew Jarecki, el director del film, parece no creer en las
verdades tranquilizadoras a las que se aferran muchos de los que hablan de
pedofilia y afines. Sin prisa ni pausa, las imágenes que elige mostrarnos
van haciéndonos descreer cada vez más de la antes tan (aparentemente) obvia
culpabilidad de Arnold y Jesse Friedman; no encontraremos demasiadas
certezas, pero no suele haberlas cuando uno decide observar la densidad de
cualquier asunto humano.
Tomás Binder |