HOMEPAGE
ESTRENOS
VIDEOS
ARCHIVO
MOVIOLA
FORO
CARTELERA
PRENSA
ACERCA...
LINKS















CABALGANDO CON EL DIABLO
(Ride With The Devil)

Estados Unidos, 1999


Dirigida por Ang Lee, con
Skeet Ulrich, Tobey Maguire, Jeffrey Wright, Simon Baker, Jonathan Rhys-Meyers, James Caviezel, Tomas Guiry.



Sin el guión de Sensatez y sentimientos, sin las imágenes creativas de El tigre y el dragón, sin la ternura de Comer beber amar, la última película de Ang Lee es sencillamente un producto mediocre. Evidentemente realizado con el dinero y el equipo necesarios, "a primera vista" no tiene nada para objetar: correctos el vestuario, la fotografía y las actuaciones. Pero todo en esta película es sólo eso: correcto. Y bien sabemos que no alcanza con la corrección para hacer buen cine.

La historia transcurre en 1861, durante la guerra civil de los Estados Unidos. Un grupo de cuatreros que apoyan la lucha de los esclavistas deciden armarse en guerrillas para atacar a los ejércitos del Norte. En el medio de los avatares de esa guerra cuerpo a cuerpo surgirán amores, amistades y odios.

Cabalgando con el diablo comienza con un casamiento. Durante esa celebración, dos de los protagonistas mantienen una charla que concluye en que el casamiento es otra forma de esclavitud. Por lo tanto, incluso quienes se jactan de ser abolicionistas, estarían ejerciendo un tipo de sometimiento, no menos palpable aunque sí mejor tolerado por la sociedad. Este tipo de reflexiones profundas nos van a acosar durante toda la película: el maltrato a los negros, la inutilidad de la guerra, el miedo a la muerte, etc. Pero en ningún momento se tratará de diálogos medianamente inteligentes, sino de clisés que, en realidad, esconden cierto aire conservador detrás de las palabras.

En el plano de lo visual ocurre lo mismo. Ang Lee nos muestra imágenes bellas, pero vacías. Paisajes hermosos, pero inconsistentes. Quizás sea El tigre y el dragón la única de sus películas en la que se permitió un mayor vuelo en este sentido. Pero ahora, nuevamente, tenemos imágenes que no dicen nada.

En cuanto al género, pretende ser una suerte de western, pero ni el ritmo ni las actuaciones acompañan esta idea. Los actores más parecen niños ricos jugando a ser vaqueros. Y lejos están de aquellos personajes de fuerte carácter interpretados por Clint Eastwood o James Stewart. A Tobey Maguire le sientan mejor papeles como el de Fin de semana de locos. En todo caso, la perlita quizás sea Jonathan Rhys-Meyers, el protagonista de Velvet Goldmine. Especialmente para quienes hayan visto esa película de Todd Haynes, volver a verlo aquí haciendo de villano será divertido, y los ayudará a no dormirse en una película tan larga y aburrida como esta.

Cecilia Pérez Casco     


Enviá tu crítica al Foro