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CIELO DE OCTUBRE
(October Sky)

Estados Unidos, 1999


Dirigida por Joe Johnston, con Jake Gyllenhaal, Chris Cooper, Chris Owen, Chad Lindberg, William Lee Scott, Laura Dern, Scott Thomas.



Cielo de octubre
está basada en el libro Rocket Boys, que reúne las memorias de un científico de la NASA llamado Homer Hickam. La película está ambientada a fines de los '50, con Homer adolescente, interpretado por ese muy buen actor que es Jake Gyllenhaal (en la foto): una sonrisa compradora y un entusiasmo llamativamente natural le alcanzan para convencer, aparentemente sin esforzarse. Homer es el hijo menor de una familia tipo de Coalwood, West Virginia, pueblito enteramente dependiente de la mina carbonífera del mismo nombre. La mitad de los habitantes –esto es, prácticamente todos los que nacieron varones– trabajan allí, con altas probabilidades de que un derrumbe o el black lung (especie de tumor pulmonar) los mate prematuramente. Homer nació varón. Y papá Hickam, que además de capataz es bastante cavernario y rebosa de orgullo por su trabajo (y especialmente por la compañía, puesto que es lo más parecido a lo que llamaríamos un alcahuete de la patronal), tiene todo calculado: Homer será un buen minero, como él, ya que su otro hijo –apenas un poco mayor– tiene asegurada una beca universitaria gracias a su destreza para el fútbol americano. Claro que Homer tiene otros planes.

Hete que en 1957 los rusos pusieron en órbita al primer satélite de la historia. Cielo de octubre no ahorra metraje para hacernos entender que el Sputnik significó una aplastante derrota para el pueblo norteamericano. Son tantas y tan tristonas las miradas que desde Coalwood se elevan hacia el cielo que se diría que Joe Johnston, el director, tenía en mente la amargura del primer mandatario estadounidense más que la de esas humildes gentes. ¿Recuerdan la frase que pronunció Neil Armstrong mientras se convertía en el primer hombre en pisar la Luna? "Un pequeño paso para un hombre, un gran paso para la Humanidad". Pues bien, en Cielo de octubre el Sputnik es cualquier cosa menos eso. El caso es que Homer, en lugar de amargarse por los rusos, se entusiasma con los cohetes. Contará con el apoyo de su maestra (Laura Dern) y de tres compañeros de aula, con los que conformará el mais maravilloso equipo teórico-práctico jamás visto. Los Rocket Boys, que de ellos se trata, estudiarán los principios de la combustión, gravedad y aceleración, aprenderán a soldar y construirán sus propios cohetes. El gran objetivo es la Feria Nacional de Ciencias, algo así como nuestras modestas Olimpíadas Matemáticas, pero polirrubros y, por supuesto, elevadas a la enésima potencia.

No mucho después de iniciada la proyección, las expectativas quedan acotadas a dos preguntas: ¿Llegarán a la Feria los chicos? ¿Logrará Homer el apoyo de su padre? El problema es que desafíos escolares como éste ya nutrieron a cientos de películas, mientras que la conflictividad paterno-filial debe estar en la raíz de una cuarta parte de los dramones hollywoodenses. Poco importa que el punto de partida de Cielo de octubre sea original, que historias como la de Homer Hickam no se escuchen todos los días. El film maltrata esa originalidad moldeándola según las pautas de toda la vida. Y si su evolución, por tanto, se torna altamente previsible, no es menos cierto que lo es de un modo particularmente engorroso: termina como adivinamos... pero sólo después de muchísimas idas y vueltas.

La recreación de la década del '50 está muy bien. Excesivas, en cambio, resultan las canciones de la época, cuya fama y volumen parecen empeñarse más que las imágenes en convocar las lágrimas del espectador durante los momentos culminantes. Algo parecido termina sucediendo con el libreto: como si no bastaran las muertes acaecidas en el socavón, habrá que presenciar alguna otra que observa las características que suelen englobarse bajo el mote de "golpe bajo".

La subtrama obviamente se concentra en las alternativas de la mina. Y está llevada de tal manera que el capataz, sin cambiar un ápice, dejará de mostrarse como un rompehuelgas para aparecer como uno de los héroes de los trabajadores de la región.

Guillermo Ravaschino