Al igual que X-Men,
Daredevil sufre el “síndrome de la primera parte”, y no alcanza los
resultados esperados por su carácter introductorio, de presentación de un
superhéroe a las masas que lo ignoran, y por su extremo cuidado en no
ofender a las legiones de fanáticos (que también las hay) del personaje
creado por Stan Lee, autor de famosas historietas como El hombre araña.
¿Quién es esta criatura salida
de la factoría Marvel y que luego de una larga espera llega a la pantalla
grande? Es un joven abogado (Ben Affleck) que de niño, a causa de un
accidente, perdió su vista pero incrementó al máximo el resto de sus
sentidos, lo que le permite lograr las más extrañas proezas. En venganza por
la muerte de su padre acaricia la consabida justicia por mano propia: si no
encarcela a los villanos por las de la ley, se encargará de castigarlos con
sus personales códigos. Pero el film no aboga por este método, que
incluso deja al héroe insatisfecho: nunca satisface su sed de revancha y
hasta se siente bastante culpable.
La veta
romántica llega con la hermosa Electra (Jennifer Garner, de la serie
“Alias”), quien se enamora del abogado pero, confusión mediante, buscará
matar a Daredevil, a quien cree asesino de su padre. Al mismo tiempo, el
superhéroe deberá enfrentar a Bullseye (Colin Farrel), un matador
especialista en armas cortantes enviado por Kingpin (Michael Clarke Duncan),
el jefe criminal de Nueva York, quien a pesar de su imponente y poco
pacífico aspecto se las arregla para hacerse pasar por un empresario
bienintencionado.
Entre los
muchos defectos de la película, el principal es la falta de fuerza para
desarrollar diversos aspectos de la historia, como la ambigüedad del
superhéroe o la simpatía de los villanos (en especial Bullseye, un
inesperado hallazgo). Las escenas de acción, a pesar de abundar, dejan un
desagradable gusto a poco. En este contexto, llama la atención que la trama
amorosa entre Electra y el héroe esté bastante bien llevada, sin golpes
bajos a pesar de su permanente aura trágica.
La segunda entrega de las
aventuras de Daredevil no tardará en llegar. Lo mejor que pueden hacer los
responsables del film es comprender que nunca se puede satisfacer a todos…
porque de otro modo no van a satisfacer a ninguno.
Rodrigo Seijas
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