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LA ESCAFANDRA Y LA MARIPOSA
(Le Scaphandre Et Le Papillon)

Estados Unidos-Francia, 2007


Dirigida por Julian Schnabel, con Mathieu Amalric, Emmanuelle Seigner, Marie-Josée Croze, Anne Consigny, Patrick Chesnais, Niels Arestrup, Max Von Sydow.



Los ataques cerebrales son anti-cinematográficos. Simplemente suceden. De un día para el otro y sin previo aviso. Son el anti-relato. No conocen de clímax, ni se acomodan a estructuras narrativas. Abruptamente dejan a las personas sin vida o imposibilitadas en una cama para la mayoría de los actos físicos. Sin dejarles oportunidad de que se reconcilien con ese familiar que no ven hace años, de que terminen de construir su casa, de que completen su novela, o de que viajen a visitar las pirámides. Los dejan sin esa última historia que contar, sin la posibilidad de cumplir con las deudas y los sueños de su vida. A comparación de otras maneras de irse del mundo, más postergadas o más lentas, en un derrame cerebral (como en otros embates súbitos a la salud humana) no hay nada de épica. Salvo, claro está, en aquella persona que logra sobrevivir y emprender una recuperación.

He aquí el desafío. Hacer una película sobre un personaje joven al que una embolia deja postrado en la cama de un hospital con apenas la mínima capacidad de mover su ojo izquierdo (y pestañear con él). En un principio, que se extiende a la primera media hora de película, Julian Schnabel apela a una buena elección: fusionar su cámara con el único ojo de su cuasi inerte personaje (interpretado por Mathieu Amalric, el mismo de Reyes y reina y La cuestión humana) que despierta luego de unos cuantos días de profundo coma. Cuando él pestañea, la cámara también lo hace. Cuando lagrimea, la lente se empaña. Pero no son estos recursos formales lo más interesante, sino la manera en que fluye el relato a partir de esta decisión. Aprovechando muy bien el fuera de campo y la banda de sonido y haciéndonos sentir como espectadores el encierro que vive este personaje dentro de esa metafórica escafandra a la que alude el título y de la cual le es imposible escapar.

Pero luego Schnabel decide abandonar el punto de vista del ojo de su protagonista, y ahí es cuando se vuelve menos atractiva y, por supuesto, menos arriesgada la película. A tono con el alegato que iremos recibiendo (y que nos dice que siempre, pase lo que pase, se puede vivir o sobrevivir en la imaginación), el cineasta invierte buena parte de lo que aún resta de metraje en pasearnos por recuerdos, sueños y todo tipo de pensamientos ocurridos en la cabeza de este personaje. Así es como el film se convierte en un desfile de imágenes bellas, cautivantes, pero sin peso. Que le proporcionan al director la oportunidad, que tenía vedada en un principio, de volver a desplegar una imaginería visual ya presente en sus trabajos anteriores: Basquiat y Antes que anochezca. Y tal como ocurría también con el reciente thriller Bajo anestesia –otra de protagonista postrado– esto también le da la excusa para arbitrariedades diversas y para manipular las emociones del espectador a su antojo y sin ataduras. Lo que indefectiblemente termina jugándole en contra.

De cualquier manera hay en La escafandra y la mariposa momentos de una emotividad lograda y genuina que no llega a ser demasiado lastimera ni a abusar del golpe bajo. Como ése en que el protagonista, un ateo estoico, se enfrenta a la religiosidad al observar la figura incandescente de una virgen a través de una vidriera. O ese otro en que él mismo se comunica esforzadamente por teléfono con su padre (encarnado por un desgarrador Max Von Sydow). Pero tal vez la mejor escena de toda la película es, justamente, la que nos muestra el instante en que este protagonista sufre el ataque cerebral arriba de su auto y en compañía de su hijo. Porque es la que muestra la manera banal, estúpida y hasta ridícula en que muchas veces se nos presenta la muerte. Solo dejándonos –como alguna vez lo plantearon Bioy y Borges– la posibilidad de elegir en nuestra imaginación como queremos partir.

Juan Schmidt      

   >Crítica de Antes que anochezca


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