Un duelo
criollo fuera de campo siempre es una cosa digna de ser vista o, dado el
caso, oída. Porque este duelo sucede en la oscuridad y sólo nos llega el
sonido de los aceros cruzándose. De esa noche negra de garage emergerá la
figura de uno solo de los duelistas en pugna para ir a sentarse en su
impecable Fiat 125, cual cowboy malherido que se sube al caballo porque
prefiere morir en tránsito y unido a esa otra mitad suya que lo constituye
en centauro. Ese momento es uno de los más significativos de la película y
revela cuán conscientes están sus hacedores de concretar siquiera lateral y
desviadamente, sentido del humor mediante, las bodas entre la épica del
western y la de los cuchilleros borgeanos. También puede ser vista como una
versión de Asalto al precinto 13, de John Carpenter, en la que los
habitantes de un edificio capitalino no tienen más enemigos que ellos
mismos, lo que dará lugar a la progresiva eliminación de los personajes
entre sí, en un clima de sospecha continua pero ingrávida. Porque Fase 7
es, sobre todo, una comedia con resoluciones gore que acentúa su
materialidad artificial, su condición de juguete colorido destinado al goce
de un espectador múltiple que incluye al cinéfilo curtido en el cine de los
'70 en adelante, tanto como al consumidor televisivo. La conformación del
reparto y la presencia de Yayo es clave en ese sentido. El humorista
cordobés que durante los últimos años se popularizó por sus trabajos para
Tinelli, en los que profería el más gráfico rosario de puteadas sin alterar
un músculo del rostro, está flanqueado aquí por Federico Luppi y Daniel
Hendler, las caras más representativas del cine argentino de los últimos 25
años, capaces de mentar con su sola presencia el cine de post dictadura y el
de esta última década respectivamente. Fase 7 los amalgama gracias a
un guión sólido que incluye tres o cuatro intercambios antológicos, roles
fuertemente definidos y complementarios o antagónicos, según los vértices
del triángulo que interactúen en cada situación, y una progresión dramática
que no ignora estructuras simbólicas elementales.
Marcos Vieytes
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