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LO QUE ELLAS
QUIEREN
(What Women Want)
Estados
Unidos, 2000 |
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Dirigida por Nancy
Meyers, con Mel Gibson, Helen Hunt, Marisa Tomei, Alan Alda, Ashley
Johnson, Lauren Holly, Mark Feuerstein.
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Nick Marshall (Mel Gibson) es
un creativo de publicidad divorciado, con una hija adolescente y unas
cuantas concepciones "machistas" sobre el mundo femenino. No
cuesta relacionarlo con esa variante del hombre medio que desconoce
todo, o casi todo, acerca de la intimidad de las mujeres. Así, ya desde el
tramo inicial Lo que ellas quieren, dirigida por una mujer y
coescrita por otra, se perfila como un pedido de comprensión a los gritos.
Nick está muy seguro de sus capacidades, y convencido de que obtendrá
su ascenso a director creativo de la agencia en la que trabaja. Pero el
pobre deberá soportar con estoicismo la noticia que le da su jefe (Alan
Alda): el nuevo director creativo no será él... sino ella. Sí, una
mujer. O más precisamente Darcy McGuire (Helen Hunt), la creativa-estrella
que acaba de renunciar a la empresa de la competencia.
Nick enloquece ante las explicaciones de su jefe: "necesitamos
captar las firmas que venden a las mujeres, ellas son las que mueven el
mercado". Las
razones no lo convencen, pero carece de alternativas. Así que, con su mejor
cara, concurre a la primera reunión con su nueva jefa. Allí, una inexpresiva Hunt entrega artículos de uso femenino a cada uno de los
creativos: corpiños armados, medias, lápiz labial, cera depilatoria,
rimmel, tratamientos capilares y cremas.
Esa noche, en su casa, mientras toma unas copas de vino y escucha para
inspirarse un disco de Alanis Morisette que le robó a su hija de la
mochila, Nick prueba en su cuerpo cada uno de aquellos artículos. Luego de
bailes frente al espejo y luchas con el secador de pelo, Nick cae travestido
en la bañera, con el aparato enchufado, y se electrocuta. Hubiera sido un
buen final, pero ahí no termina sino que empieza la
película. Al otro día, cuando despierta, Nick descubre algo que lo
horroriza primero y lo satisface después. Puede escuchar los pensamientos
de todas las mujeres: su empleada doméstica, su hija, sus compañeras de trabajo,
las que se cruza en la calle e incluso los de la propia Darcy. Astuto, Nick
pronto se da cuenta de las ventajas que eso le depara: con ese as bajo la
manga podrá derrocar a Darcy y obtener su tan ansiado puesto.
Esta película es bastante mala. Una comedia romántica del montón,
idéntica a tantas otras, con el agravante de que a Helen Hunt, la actriz
que se llevó el Oscar por Mejor imposible, le cuesta transmitir las
emociones. Gibson, en cambio, lo deja todo en cada escena.
Los únicos momentos verdaderamente cómicos son aquellos en los que
Gibson busca de manera excéntrica la inspiración, hasta que se electrocuta
y entonces sobrevienen todas las idas y vueltas de un guión poco
inteligente. Lo demás, ya lo han visto. Y lo más seguro es que no lo
quieran volver a ver.
Eugenia Guevara
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