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15 MINUTOS

Estados Unidos, 2001


Dirigida por John Herzfeld, con Con Robert De Niro, Edward Burns, Kelsey Grammer, Emil Slovak, Oleg Razgul, Vera Farmiga.



Relacionaré esta película con dos personajes: uno, obvio pero necesario, es Andy Warhol, que una vez dijo que en el futuro todos tendrían sus quince minutos de fama; el otro, más arbitrario, es Truman Capote, que inauguró la novela de no-ficción con "A sangre fría", un texto que no puede ser leído sin continuos escalofríos (también hay una famosa versión cinematográfica). Para escribir esta novela, Capote entrevistó, entre otros, a dos jóvenes norteamericanos que habían asesinado, con incomprensible indiferencia y falta de motivos, a toda una familia.

A Warhol, de padres checoslovacos, no le hubiera gustado mucho que una película que lleva de título algo así como su cita más famosa tenga como antagonistas a dos asesinos de Europa del Este (Emil, interpretado por Karel Roden, checo, actor de cine y teatro; y Oleg, el artemarcialista Oleg Taktarov; estos actores están muy bien en sus papeles) que buscan fama y dinero explotando la filmación de sus crímenes mientras son perseguidos por dos policías, un poco retobados, pero que nunca dejan de ser héroes. Robert De Niro es Eddie Flemming, el mejor detective de homicidios –sabe usar los medios a su conveniencia; gana la portada de People–, quien tiene que aguantar al joven Warsaw (Edward Burns), investigador experto en incendios, que menosprecia la relación de su compañero con los medios e intenta hacer justicia con método deductivo y sinceridad. Del otro lado, Oleg graba en formato digital los crímenes que ejecuta su compañero, obsesionado con convertirse en director de cine americano desde que se deslumbró con ¡Qué bello es vivir! de Frank Capra.

El problema de verosimilitud que presenta parte del guión es superado por la inteligencia parcial de la propuesta y el sarcasmo en la invención de ciertos momentos interesantes y entretenidos. Veamos.

La trama se desencadena cuando Emil intenta cobrar una deuda y termina matando a cuchillazos a una pareja de emigrados. La hermana de la mujer asesinada (la hermosa Vera Farmiga, especie de Patricia Arquette estilizada) logra escapar y se convierte en la testigo del crimen que los delincuentes tratarán de ultimar. Ahora, ¿para qué persiguen con ferocidad a la testigo (llegan a embotellar una avenida y a prender fuego un departamento) si los propios rufianes filman sus crímenes? Esta subtrama está de más, aunque termine generando el asunto al que se refiere el título: los quince minutos de fama que los asesinos buscan para triunfar en Estados Unidos.

De ahí en más, la invención es interesante; el film sorprende con una vuelta de tuerca imprevista y crea momentos que alientan nuestra imaginación, en particular la relación de los psicópatas con el periodista tránsfuga de Kelsey Grammer, quien satiriza la construcción de la verdad en los medios.

John Herzfeld dirigió varias películas para televisión y la comedia negra ridícula 2 Days In The Valley (demasiado inspirada en el "cubismo" cinematográfico de Tiempos violentos, como Amores Perros y los films de Guy Ritchie; especie de mecanismo en el que se amparan los guionistas que no tienen mucho que contar). A partir de 15 Minutos, algún crédito habrá que darle a Herzfeld, también guionista y productor de un film –éste– que demuestra más convicción en la trama y en los personajes.

Inteligente es la idea de que un asesino acose y sacrifique a mujeres muy hermosas; el espectador masculino lo odiará al instante y pedirá su cabeza. Entre las beldades aparece brevemente Charlize Theron (Herzfeld nos la había presentado en 2 Days in the Valley, antes que la modelo ganara fama como actriz).

La narración es convencional, pero efectiva, y combina la fotografía de Jean Yves Scoffier (El cuervo, Ciudad de ángeles) con la imagen pixelada e inestable de la videocámara que usa Taktarov (dicen que tuvo libertad para jugar con la digital y que algunos de los planos que salieron de ese juego quedaron en el film). El trabajo de sonido es excelente (no así la banda sonora, con canciones demasiado sentimentales) y los actores están bien dirigidos.

De Niro es un personaje, más que un actor (como Pacino y Nicholson), y qué se puede decir de él, siempre agrada y convence. Un par de escenas remiten a las más conocidas de Taxi Driver; como aquella en la que De Niro gesticula y habla con el espejo al practicar una proposición de casamiento. Edward Burns es actor, escritor y director (Ella es), apadrinado por Robert Redford en sus producciones; sus ojos tristes ayudan a crear a un personaje que no necesita mucho más.

15 Minutos es una película entretenida, que supera al típico policial yanqui al satirizar el aspecto negativo de los medios con éxito (es un policial satírico); si hubiera evitado las puerilidades señaladas al principio de la nota, habría sido más interesante.

Adrián Fares     


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