Soy tu
aventura
mezcla el disparate con la nostalgia. Al primero lo alcanza especialmente de
la mano de Diego Todo por dos pesos Capusotto. A la nostalgia la
convoca en las canciones y la figura del veterano Luis Aguilé, que hizo
capote en los ‘60 y ‘70, y en su propia textura fílmica, que evoca las
películas que Sandro y Palito Ortega estelarizaron por la misma época.
El punto de
partida es algo más actual, cercano a la contemporánea angustia de andar por
la vida sin empleo: Damián (Capusotto) intenta conchabarse en lo que
sea, desde técnico en computación hasta policía y remisero. Pero su torpeza
y la falta de un título secundario se lo impiden. Deprimido, llega a su casa
y encuentra a su primo Yaco (Luis Luque), otro pelotazo en contra, que ha caído de sorpresa y le está
comiendo el último sandwich. Poco después, Yaco escupe la propuesta salvadora: secuestrar
a Aguilé, quien arribó a Bragado para dar un recital.
Dicho y hecho:
concluido el recital el veterano es secuestrado por los antihéroes, quienes
emprenden la fuga hacia Santa Rosa a bordo de un Rastrojero desvencijado.
Pero la camioneta los deja varados en Patricios, un pueblito de 200
habitantes. Ahí se va a quedar la historia, para dar lugar a una odisea que será animada por los secuestradores y Aguilé, pero también por los
pueblerinos y por el personaje de Jorge Marrale, líder y gurú del AJY (Ahora
Jesús Ya).
Montada
en la originalidad de su propuesta,
Soy tu aventura da en la tecla de la nostalgia, imponiendo la sensación de que efectivamente nos hemos trasladado a los
viejos tiempos. Pero las canciones son tantas (y siempre en la vena de la
comedia musical convencional) que las coreografías, más que complementar la
historia, la terminan interrumpiendo. Provoca muchas sonrisas, y algunas
risas. Respeta a
su objeto de veneración (Aguilé), aunque no tanto a los lugareños, muchos de
ellos actores no profesionales, que pecan de ingenuos para que siga su curso
el guión. Y es algo larga, pero no tanto, así que por todo y a pesar de
todo... se deja ver.
Cecilia Rolón
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