El colegio secundario
es un ámbito de socialización crucial para los norteamericanos. Por lo que
nos dejan ver en sus películas, las cicatrices allí adquiridas te
acompañarán de por vida: si entonces fuiste un loser, tal vez
dediques tu existencia a convertirte en un ganador y vengarte de aquellos
que te la arruinaron entonces.
También
de esto habla la última película "familiar" de Disney, que presenta al
adolescente Will Stronghold en su primer día de clases en la escuela de
superhéroes Sky High. Su madre y su padre, Steve y Josie Stronghold, son en
realidad los dos superhéroes más poderosos del planeta, por lo que muchas
cosas se esperan del tímido Will. Sin embargo, éste no ha descubierto aún
cuáles son sus poderes, y ni siquiera está seguro de tenerlos. En tanto,
Layla, su mejor amiga, hace crecer las plantas, tiene un discurso
furiosamente ecologista y está secretamente enamorada de él.
En su
primer día en Sky High –en la mejor escena de la película– los estudiantes
son sometidos a una audición en la que deben mostrar qué saben hacer. Así,
son divididos entre "héroes" y "héroes de apoyo" (sidekicks). Layla
se niega a hacer una demostración, por lo que termina junto a Will y otros
(el chico que se derrite, uno que brilla en la oscuridad, la chica que se
transforma en conejillo de Indias) en el aula de los sidekicks (es
decir, de los losers).
Si bien
ya se han señalado las similitudes de esta película con Los Increíbles,
en Sky High el conflicto familiar, aunque presente, no ocupa el lugar
central. La estructura narrativa reproduce más bien la de los films
ambientados en la escuela secundaria: la división en grupos, la lucha entre
los "populares" y los que no lo son, la fiesta en casa cuando los padres no
están, el conflicto romántico y, por último, la esperada resolución en la
noche del gran baile. Pero el film no aprovecha las oportunidades que brinda
este subgénero, que ha dado algunos exponentes interesantes (Pretty In
Pink y The Breakfast Club en los '80; Ni idea en los '90;
Chicas pesadas en la década actual, entre otras), para profundizar en
la búsqueda de la propia identidad, tema que aquí se habría visto potenciado
por su relevancia en la tradición de los superhéroes. Las referencias al
comic están presentes desde los títulos del inicio, con las viñetas
comentadas por la voz en off del protagonista, y más adelante en forma de
separadores.
Más evidentes y descarados son
los "préstamos" al universo Harry Potter: el viaje hasta un colegio oculto
en un lugar secreto, donde el protagonista descubrirá que es famoso para
compañeros y docentes, luchará por mantenerse leal a sus amigos y enfrentará
a enemigos heredados de sus padres (hasta la enfermera parece salida de los
libros de J.K. Rowling).
Por si
no ha quedado claro, digámoslo así: el público al que
apunta Sky High es infantil y preadolescente (otra prueba de ello es la fiesta en casa de Will,
donde no hay alcohol ni sexo ni drogas, y la estudiante
del último año le pide para beber "un refresco de naranja"). El elenco, en
fin, es al menos variado: además de Linda Carter (la Mujer Maravilla de los
'70, en uno de los guiños a los espectadores adultos) hay dos miembros de la
serie de culto "Kids In The Hall", más Kurt Russell y Kelly Preston. Los
actores más jovenes se desenvuelven bien y, al parecer, ya tienen contratos
firmados para volver a interpretar a sus personajes en una previsible
secuela televisiva o cinematográfica.
María José Molteno
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