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TELARAÑA
(Along Came A Spider)
Estados
Unidos, 2001 |
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Dirigida por Lee Tamahori, con Morgan
Freeman, Monica Potter, Michael
Wincott, Michael Moriarty, Penelope Ann Miller, Mika Boorem.
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El siempre interesante realizador
neocelandés Lee Tamahori, responsable de El amor y la furia (Once
Were Warriorrs, 1994) y Al filo del peligro (The Edge,
1997), vuelve a la carga con una película eficiente aunque rutinaria, a
mitad de camino entre Pecados Capitales y El Rescate.
Por su parte, Morgan Freeman regresa al papel que ya había
interpretado para Besos que matan (Kiss The Girls, 1997),
thriller que acá paso completamente inadvertido pero que tuvo gran
repercusión en Estados Unidos. Aparentemente, el actor está empeñado en
basarse en una serie de recientes best-sellers para realizar unos cuantos
films con el mismo personaje, algo similar a lo hecho por Harrison Ford en
Peligro Inminente y Juego de Patriotas, o por Anthony
Hopkins con el ahora cotidiano Hannibal. Aunque en definitiva
también es el personaje que Freeman viene interpretando desde hace varios
años: ese hombre sabio y taciturno que reacciona ante la violencia con su
intelecto y una fuerte convicción moral.
El personaje en cuestión, salido de las novelas escritas por James
Patterson, responde al nombre de Dr. Alex Cross. Un psicólogo
criminalista que se retira de la actividad después de un hecho
traumático, pero se ve obligado a regresar al ruedo cuando un psicópata
(interpretado por Michael Wincott, especialista en malvados, ya fuere para
El Cuervo o la deslucida Vampiros de John Carpenter) rapta a
la hija de un senador y le deja una pista, invitándolo a participar del
juego. Entonces, el buen doctor reaparece en la escena del crimen, solo
para ser recibido con desconfianza y desconcierto. Cosa que no le
impedirá formar pareja con la joven agente que custodiaba a la niña
(Monica Potter, actriz de varias comedias yanquis independientes en su
primer papel dramático).
Este segmento es lo mas interesante del film, interés que sobrevive a
pesar de apoyarse en una enésima pareja policial despareja (recurso
agotado si los hay, y si no fíjense como X-Files tuvo que hacer un
mínimo pero fundamental recambio de elenco para seguir funcionando dentro
del esquema). Evidentemente, tanto el director como los productores se
plantearon una obra modesta, entretenida, sin grandes despliegues, sin
cargar excesivamente las tintas. A este equilibrio ciertamente lo
establecen, pero no logran sostenerlo hasta la resolución, en la que
otros clichés de moda se apoderan del relato: el final está lleno de
giros argumentales inesperados... no muy convincentes, ni necesarios para
esta historia en particular.
Gabriel Alvarez
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