Jessica Martin (Kim
Basinger) acompaña a su hijo hasta la parada del ómnibus escolar. Luego
vuelve a su típica casa de los suburbios, a disfrutar de una vida cómoda y
sin preocupaciones. O no. Porque rápidamente es secuestrada por un grupo de
matones, quienes rompen el vidrio de la puerta, matan a la mucama latina y
se la llevan sin atender las quejas y ruegos de la respetable señora. La
encierran en un altillo y rompen el teléfono para que no se comunique. La
pobre Sra. Martin está desesperada, atrapada sin saber bien por qué y con la
certeza de que tanto ella como su hijo y su marido van a ser liquidados por
error. Sin embargo, eso no le impide pensar y consigue unir un par de
cablecitos y conectarse con el celular del joven Ryan (Chris Evans), quien
no es Superman pero sí tan crédulo, ingenuo y arriesgado como Clark Kent y
tiene a su propia Luisa Lane a la que impresionar.
Así
empieza Celular, la llamada final, un film escrito por Larry Cohen,
escritor también de Enlace mortal, un film que al igual que éste
recurre a los celulares y teléfonos para crear un sostenido suspenso,
quebrado en el final por la veta ideológica excesivamente demagoga del
director Joel Schumacher. En consecuencia podríamos decir que Cohen se ha
constituído en el creador de un nuevo subgénero, el thriller telefónico.
Pero
Cohen y el director David R. Ellis reemplazan aquella bajada de línea
moralista por un humor ácido y negro, combinado con la acumulación de
situaciones absurdas, que incluyen choques, explosiones, persecuciones,
peleas, investigaciones de policías buenos, obstrucciones de policías
corruptos, intentos de escape, actos heroicos y tensas negociaciones,
enlazadas a través del uso de los celulares.
Celular no intenta dar tontas
lecciones políticas y filosóficas sobre el problema de los secuestros, como
sí lo hace Hombre en llamas (uno de los bodrios del 2004), que
recurre sin sutileza alguna a la apología de la justicia por mano propia. Lo
único que pretende (y ya es mucho en estos tiempos) es contar una buena
historia acerca de personas comunes y corrientes que intentan sobrellevar
una situación que las sobrepasa, y de sujetos sin ninguna reserva ética
tratando de borrar de la faz de la Tierra un problema molesto.
A un
guión simple pero sin trampas y una dirección sin floreos pero efectiva,
Celular le agrega el plus de un elenco inmune a las fallas. Están Chris
Evans, una más que interesante aparición; Kim Basinger, portando su
experiencia con orgullo y convirtiendo los años en cualidad; Jason Statham,
quien construye un villano monolítico, y el todoterreno William H.
Macy, que aquí interpreta a un gracioso detective.
Lo único
realmente molesto en el film son los chivos (que llegan a lo obsceno por
momentos) de una conocida marca de celulares, cuyas cualidades se enumeran a
cada rato. Cierto nivel de publicidad me parece tolerable, pero las
compañías deberían darse cuenta de que el público va al cine más que nada a
ver películas, no comerciales. Así, la publicidad termina logrando el
efecto inverso al que busca.
Rodrigo Seijas
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