En
una sección que siempre ha sido muy despareja, este año pudimos encontrar
varios títulos orientales más que atendibles.
Empecemos de menor a mayor. Lo
más flojo quizá haya sido la retrospectiva Shinya Tsukamoto, hacia la cual
tenía bastante expectativa. Cuatro películas suyas se exhibieron aquí (en
tanto que Vital, también de su autoría, integró la Competencia
Oficial). Vi Bullet Ballet y Tetsuo, que me bastaron y
sobraron: el estilo radical, que apela a un montaje ríspido y al tratamiento
del físico humano en contacto con la máquina, con cuerpos golpeados y
violentados, es atendible pero fallido. Le cuesta encontrar el tono adecuado
y por momentos se pierde en un mar de ruidos e imágenes en busca de impacto.
Decepción.
Izo,
de Takashi Miike, también defraudó si se tiene en cuenta el nivel que había
alcanzado con la terrorífica y conmovedora Audition. Aquí el delirio
se repite como fórmula pero termina cansando y se revela como ausencia de
ideas. Takashi tendría que empezar a bajar la media de su producción, que
asciende a más de cuatro largometrajes por año.
Three... extremes,
film en tres episodios dirigidos por Fruit Chan, Park Chan-wook y Takashi
Miike, en ese orden. Inevitablemente despareja, aún dentro de cada capítulo,
la película alcanza sus picos más altos al principio y al final, con una
historia bastante tétrica en el primer episodio y con otra en permanente
contacto con la ensoñación y el quiebre de las líneas que separan diferentes
mundos, en el tercero. El segundo es definitivamente descartable, casi de
qualité. De Hypnotized puedo decir que es otro film que, en sus
mejores momentos, también logra atmósferas cautivantes.
Marebito es un
interesante ejercicio dirigido por Takashi Shimizu (El grito) acerca
de las causas y consecuencias del terror en el espectador, los mitos y
leyendas subterráneas en Tokio y el contacto con lo electrónico en cuanto
estímulo dañino para el observador. Un análisis distanciado sobre el
miedo... sin causarlo.
The
Machinist nos
presenta a un Christian Bale insomne, flaco hasta lo monstruoso y que luego
de un accidente de trabajo no puede contener su paranoia y la visión de
fantasías de todo tipo. Un film claustrofóbico por momentos, con climas y
actuaciones superlativas pero que decae cuando se pretende astuto en vez de
inteligente.
Breaking News fue
de lo mejor de este ciclo. Johnny To, director de Help y Fulltime
Killers, se carga al hombro una historia de policías y ladrones que
incorpora a los medios masivos como instrumento de manipulación del pueblo.
Todo arranca con un tiroteo magníficamente filmado en un solo plano
secuencia, y sigue con un operativo en el que la policía recurre a todas sus
fuerzas disponibles para rodear a los criminales. Aquí To establece un
paralelismo con Michael Mann (Fuego contra fuego, Colateral)
en la descripción detallada del profesionalismo de todos los involucrados:
policías, ladrones, asesinos, periodistas son miembros dedicados con rigor
extremo a lo suyo, dispuestos a jugarse el todo por el todo. Hay lealtades,
amores apenas insinuados, amistad viril lindante con lo homosexual y
momentos de humor desopilantes. Y claro, mucha acción y de la buena. Pudo
haber sido una gran película si se hubiera planteado con mayor profundidad
la composición de la trama y los personajes, aunque no deja de ser un
divertimento excelente.
Lo más
redondo, combinando la ambición artística con el entretenimiento
puro, es la saga Infernal Affairs, dividida en tres complejos
capítulos que cuentan la intrincada historia de un policía infiltrado en la
mafia china y un mafioso infiltrado en el departamento de policía. Cuando
los caminos se cruzan, las cosas se complican. Lealtades, traiciones,
romances, relaciones edípicas, conflictos internos, escenas de alta tensión,
notables actuaciones de un elenco encabezado por Tony Leung y Andy Lau,
conforman un tríptico con influencias de muchas películas de mafiosos
estadounidenses pero que respira aire propio y adquiere nuevas
significaciones a medida que transcurre el tiempo. Habrá que ver qué hace
Scorsese cuando filme la remake.
El
balance es positivo; sobre todo teniendo en cuenta que la mayor parte de
estos films fueron elegidos para cerrar las noches del Festival.
Rodrigo Seijas